Sergio Roberto Quiñonez

Sergio Roberto Quiñonez. Nació el 18/06/1958 en Bs As. Vive en ciudad de Córdoba
Es suboficial Mayor retirado y veterano de Malvinas. Egresó en 1976 de la Escuela de suboficiales Córdoba y fue destinado a la 7ma brigada. A los dos años, en la escuela de Suboficiales, hizo la capacitación para ser helicopterista.
En 1982 estaba destinado en la Séptima Brigada Aérea de Bs as, era tripulante de helicópteros. Una delegación de la 7ma Brigada fue destinada a Malvinas. A fines de marzo de ese año desconocían que iban a participar del conflicto, aunque estaba planificada, pero era tema secreto. Solo los altos jefes sabían.
Sergio cree que no hay que mezclar la Guerra de Malvinas con la dictadura porque por la historia se estaban por cumplir los ciento cincuenta años de la usurpación de los ingleses. Hay leyes internacionales que estipulan que, quien por 150 años no recupera lo usurpado, lo pierde. Dentro de la planificación se pensaba tomar posesión de las islas, sin derramamiento de sangre. Iba a intervenir Naciones Unidas y de ese modo, en una semana, después de tomarse las islas y recuperarlas, se iban a plantar las tres banderas y el litigio iba a seguir por vía diplomática. Estas tratativas no llegaron a cumplirse, se perdieron y se desencadenó la guerra. Una guerra no deseada, porque Argentina no estaba preparada para ella. Como sí Gran Bretaña, que es guerrera desde sus orígenes.
El 2 de abril se enteran que empieza el conflicto. Ellos habían llegado los últimos días de marzo a Comodoro Rivadavia, para llevar a cabo una comisión que duraría quince días. Era parte de un adiestramiento en esa zona del sur. Vieron que empezaron a llegar muchos aviones, mucha gente. No había alojamiento y ahí se enteran de que fue “la toma heroica de la recuperación de las islas”.
Ya el 3 de abril cruzaron con un helicóptero de la Fuerza Aérea. Fueron cuatro helicópteros: dos Bell 212 y 2CH 47 Chinook. Ese era el Escuadrón Helicópteros. Los Bell no tenían autonomía de vuelo para llegar desde el continente a las islas, por lo que fueron dentro de un Hércules C130. Se le desarma el mástil principal y una pala del rotor de cola. Al bajar, en unas horas, se arma y está en condiciones de volar. Desde el 6 de abril estaban en condiciones de realizar vuelos en el interior del territorio isleño. Llegar a las islas y ver la bandera argentina “les llenó el alma «,es una foto que les quedó en el corazón verla flamear con el viento”.
Los otros dos helicópteros-los Chinook-tienen capacidad para llegar a las islas volando. Tienen tanques auxiliares que se lo permiten. Ellos llegaron a partir del 10 de abril. Pueden llevar carga y tropa, hasta sesenta paracaidistas. Posee una foto donde un Chinook lleva colgando un camión, porque los ingleses habían querido obstruir la pista de aterrizaje rompiendo ese vehículo y dejándolo en medio.
Entre el 9 de abril y el 15 de abril tuvieron muchos vuelos a Darwin, que era una pista alternativa a la de Puerto Argentino. Allí se armó la segunda base, llamada Base Aérea Cóndor, donde estaban los cuatro helicópteros y doce Pucaras. Desde el 15 de abril esa base comenzó a operar. Se armó allí un escuadrón sanidad, meteorológico y de navegación. Utilizaron la Red de Observadores Aéreos (ROA). Eran más de veinte civiles, radioperadores, que eran en su mayoría de Carlos Paz. Se ofrecen como voluntarios y desde un lugar de altura, captan situaciones que sucedían y no eran percibidas a la vista de un avión o helicóptero, en velocidad. Se desplegaron en zonas altas, escondidos. Llevaban carpas, radio, comida para subsistir y daban información, hasta que empezó la guerra. Como eran civiles se los replegó y tomaron esas posiciones militares y soldados. La función que cumplieron estos observadores era ser los radares que Argentina no tenía. A partir del 20 de mayo, cuando los ingleses estaban haciendo cabecera de playa en San Carlos, iban diciendo si entraban barcos o helicópteros ingleses. Desde allí el enemigo fue barriendo el terreno, hasta llegar a Puerto Argentino.
Cada helicóptero tiene piloto y copiloto-que se dedican específicamente al vuelo-. Hay un mecánico, que da las condiciones para que salga en vuelo y otra persona que se encarga de la carga de combustible, peso y balanceo y traslado de las cargas. Es el operador de carga, que fue la función de Sergio. Eran especialistas en búsqueda y salvamento.
Desde el 3 de abril hasta el 1 de mayo usaron el tiempo en conocer las islas, ya que no había ni siquiera cartas de navegación. El primer impacto que tuvieron fue pisar el suelo malvinense, “la turba’, que tiene la particularidad de tener pasto arriba, pero al pisarlo es una esponja, con agua. Los pobladores ingleses cortan las turbas en cuadrados, las dejan secar y las usan como carbón. Es el combustible para cocinar y para calefacción. La tarea de los helicópteros era conocer el terreno para poder ubicarse y parte de lo que hicieron fue acondicionar la base de Darwin, donde todo fue trasladado en los helicópteros: municiones, comida, personas, combustible.
Después del 1 de mayo la función de la Brigada, cambia. Hasta entonces cumplieron una función logística y de reconocimiento del territorio. Cuando venía una PAC (Patrulla aérea de combate de los ingleses), el helicóptero se tenía que tirar, abandonarlo, pero el mes anterior en que se habían desplazado sin peligro les había permitido conocer donde ocultarse porque podía mimetizarse. Un avión que vuela a gran velocidad no puede detenerse a fijar la visión y detectar a un helicóptero camuflado.
Hasta el 1 de mayo abastecen a los ROA, a la gente de tropa que estaba en la primera línea de defensa. Con los vuelos llevaban pertrechos, municiones, cartas. Unas cartas llegaban con destinatario, pero también llegaban cartas de alumnos de escuelas, que eran para quienes no tenían carta familiar. Esa función logística debió ser abandonada y ya no se puso en riesgo al material ni al personal y empezó la parte humanitaria: trasladar heridos, fallecidos, recuperar pilotos eyectados.
El 1 de mayo la flota británica estaba desplegada al frente de Puerto Argentino. A las 4 de la madrugada fue el primer ataque efectivo. A las 8 de la mañana atacaron la Base Cóndor. Tuvieron los primeros fallecidos en combate: siete suboficiales y un oficial. Ahí se dio el primer vuelo de un Chinook llevando heridos y fallecidos.
La Brigada no estaba en contacto con la población civil de las Islas. Se habían alojado en una escuela. Después alquilaron una casa. Y comprobaron, que esa población civil le pasaba información a la flota inglesa sobre sus posiciones. Un poblador parecía venir todos los días a ver las ovejas y mediante croquis informaba sobre la cantidad y posición de los aviones argentinos a sus contrincantes. La prueba la tuvieron esa madrugada del ataque donde vieron que uno de los aviones fue hacia el lugar donde solían estar los helicópteros, que ellos-con buen tino- habían escondido entre medio de casas del pueblo.
El 2 de mayo fue el hundimiento del Gral. Belgrano. El 5 de mayo se derriba un Harrier, en Darwin. Recuperaron el cuerpo del piloto inglés y le dieron entierro. Ese acontecimiento fue filmado por los cronistas que estaban en las Islas cubriendo la guerra, a quienes debieron llevar a Bahía Elefante. Pero la niebla no les permitía avanzar. Quedaron trece personas dentro del helicóptero mientras se hacía de noche, hasta el otro día en que pudieron arribar al lugar. A la base donde iban, la atacaron los comandos, por lo que se salvaron porque la niebla no les había permitido seguir.
Nos cuenta cómo fue el derribo de un avión propio y luego rescatar los cuerpos de los fallecidos. Dentro del teatro de operaciones, los aviones debían ingresar por un lugar y por otro hacer el escape. Nuestros aviones tenían cinco minutos para operar sobre la isla, y de ahí “debían pegar la vuelta”, si no, no llegaban. Les habían advertido que al salir debían hacerlo por un determinado lugar. El avión atacó dos fragatas y el piloto tuvo tanta euforia por el hundimiento de la nave enemiga, que perdió noción de donde estaba. En la base todos sabían que si venía un avión por determinado lugar: era enemigo. Este piloto fue por ese lugar. Un radar captó el eco de un avión y le dispararon con un antiaéreo. Era un teniente joven: Fausto Gavazzi.
El 21 de mayo sale una escuadrilla, dos aviones nuestros, de Darwin a atacar San Carlos. Son derribados los dos aviones. Los helicópteros salieron a buscarlos. A uno de los pilotos lo hallaron y lo subieron. Era el mayor Tomba, que fue un piloto que se eyectó. Del otro no supieron nada. Esa noche festejaron ese rescate. El otro piloto se vino caminando. Por ser piloto se orientó en tiempo y espacio. Pero debía pasar por defensa nuestra, en forma nocturna, y no sabía la contraseña de ese lugar. Por ese motivo entró cantando la Marcha de San Lorenzo, a viva voz, lo que le salvó la vida. Era el mayor Benítez, que actualmente está preso en Bouwer, por causas de Lesa Humanidad. También rescataron a un piloto inglés.
El 22 de mayo la Guardacostas Río Iguazú, es atacada por un Harrier. Era de prefectura, ahí muere personal militar. Esa lancha llevaba dos cañones que iban para Darwin. Iban 25 personas que fueron rescatadas por los helicópteros. A los dos días, Gómez Centurión -el actual político-que era buzo, pudo rescatar los cañones que habían quedado bajo el agua, en la bodega.
Desde el 26 de mayo los ingleses ya habían tomado San Carlos y avanzan hacia Darwin. En San Carlos toman los primeros prisioneros de guerra argentinos y los mantienen en galpones de ovejas, que obraron como campos de concentración.
El 28 de mayo, a las 7 de la mañana, recibieron la orden de salir de Puerto Darwin hacia Puerto Argentino. A las 12 del mediodía capitula la Base Cóndor, de Darwin. Ellos fueron con los helicópteros y toda la tripulación a Puerto Argentino. Esa noche habían comenzado los combates. El 29 de mayo se topó su helicóptero, de frente, con un helicóptero inglés. Cada uno giró para evitar el enfrentamiento. Mientras ellos giraban, su helicóptero se escondió en una hondonada y vieron la explosión de un misil que el enemigo les había tirado, que lo hizo en otro lugar. La lucha era desigual, porque los ingleses tenían la mayor tecnología y armamento moderno. Con profesionales de la guerra. Poseían gran capacidad de tiradores de suelo, con misiles que podían volar aviones y helicópteros. Todas las noches a las 22 hs los ingleses atacaban. Barrían el lugar bombardeando cada cinco metros. Psicológicamente impedía dormir. Aun así, se dice que el enemigo estuvo a punto de abandonar, por la cantidad de bajas que tuvieron.
Cuando ellos dejaron las islas Malvinas-el 10 de junio-se percibía el fin de la guerra porque Puerto Argentino, estaba contra el mar y contra el enemigo que venía avanzando. Hubo una capitulación de Argentina, de común acuerdo, para no seguir provocando más muertes, porque ya nada se podía hacer.
Sergio llegó a las islas el 3 de abril y se quedó hasta el 10 de junio. Para esa fecha el Bell ya no podía volar, porque estaban cercados por los ingleses. Ya no estaban en condiciones por falta de mantenimiento y falta de repuestos. Como no llegaba al continente por falta de autonomía, hubo que dejarlo en las islas. Por ese motivo toda la tripulación de los helicópteros regresó al país el 10 de junio en un Hércules. Ellos mismos deterioraron a los dos Bell, para que no fueran utilizados en su contra. Sabe que los ingleses pudieron arreglarlos y a uno lo usaron en una película de James Bond. El ejército llevó catorce helicópteros y no recuperó ninguno.
En cambio, los tripulantes de los Chinook, lo hicieron volando. La Fuerza Aérea tuvo a los Chinook que volvieron al continente el mismo 10 de junio. En el Chinook vinieron una tripulación mínima, con tanques auxiliares-los ferries-que son tanques de combustible con bombas, pero que se dejaron en Darwin. Por ese motivo el helicóptero no tenía capacidad para cruzar al continente, razón por la cual se le cargaron tanques de 200 litros de combustible, dentro, y bombas reloj, que iban bombeando el combustible para que pudieran llegar a Rio Gallegos.
Finalizada la guerra, Sergio terminó la carrera. Le costó mucho porque sufrieron el proceso de “desmalvinización”. Les hizo mucho daño, porque tenían prohibido hablar del tema. Eran los perdedores, los loquitos de la guerra. Todo eso en el mismo ámbito de trabajo. No se les prestó asistencia psicológica, sanitaria, económica. Considera que hace quince años empezaron a hablar los que pudieron hacerlo y hay más suicidios que muertos en el conflicto armado. El hizo un juicio a la Fuerza por esta falta de asistencia médica. Le hicieron una Junta Médica y cuando se presenta, la pregunta fue: “Y Ud. ¿Qué viene a reclamar?”. “Ud. de qué se queja si terminó con el grado máximo?”. A lo que contestó: “Mintiendo”. Se negaban a creer que hubiera estado mintiendo y Sergio completó la idea: “Los únicos que siempre estuvieron a mi lado y me dieron toda la contención que necesité, fue mi familia”. “Yo mentía que estaba bien y yo no estaba bien”. Solo la familia estuvo conteniendo siempre. También hicieron catarsis entre los mismos veteranos. Se juntaban entre ellos, con sus esposas y compañeras y entre todos, se ayudaban, escuchándose.
Ha precisado terapia. No la tuvo. “En reuniones y entrevistas con psicólogos, no nos dejan satisfechos la interpretación que dan de las situaciones que vivimos”. Cree que ese tipo de formación de los profesionales, para atender a un veterano de guerra, en Argentina no hubo.
A principios de 2011 se retiró de la Fuerza Aérea, que no valoró a los veteranos de guerra en lo que habían vivenciado en medio del conflicto. Reprocha a todos-menos a la sociedad- todo lo que les pasó. Sabe que cumplieron con la función para la que fueron preparados: volaron más de 400 horas, llevaron más de 1800 personas, llevaron más de 500 mil kilogramos de carga, rescataron siete pilotos que se eyectaron, rescataron a los 25 náufragos de la Río Iguazú, rescataron gente detrás de las líneas enemigas. Todos los integrantes del Escuadrón Helicóptero, desplegados en Malvinas, regresaron.
Cuenta también que, gracias a la guerra y la participación de cada uno, cambiaron algunas cuestiones dentro de Fuerza Aérea. Antes la elite la conformaban los que pilotearon los caza, después venían los transportistas y en el último lugar estaban los helicópteros. A raíz de lo hecho en el conflicto, se modificó, ya que los helicópteros rescataban a los cazadores y los transporteros hicieron muy bien su rol. El Hércules estuvo volando diariamente del continente a Malvinas hasta el 13 de junio.
Dentro de los errores de esta guerra estaba que los soldados tenían poca instrucción, con Fal y fusiles que manejaban por primera vez, aviones viejos. Estratégicamente no se puede mandar a una zona fría a gente del litoral. Pero las unidades argentinas que estaban capacitadas para la guerra, eran del litoral.
Al finalizar la charla, Sergio comenta que sus vivencias personales se unen a la guerra también. Le pide a su esposa que se acerque y entre los dos cuentan que cuando se fue a Comodoro Rivadavia-sin saber que saldría para la guerra-llevó al laboratorio un análisis para un test de embarazo. No pudo retirar el resultado. El 3 de mayo pudo hablarle desde Malvinas y ella le comentó que le había enviado una encomienda, con un paquetito con un par de escarpines. Cuando los recibió, salió diariamente con ellos en el buzo de vuelo, porque sentía que tenía un motivo para regresar. Aún conservan esos escarpines de su primer hijo, quien se tatuó el brazo con esta frase: “Gracias papá, por volver” con una imagen de las Islas Malvinas.

Entrevista: Mary Luque

Fotógrafo: Daniel Murúa

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